domingo, 27 de abril de 2008

Segunda derivada

Copio al vuelo algunas notas que hoy he encontrado en un cuaderno antiguo. Al juntarlas (sin duda, el azar hace mejor las cosas que nosotros), me doy cuenta de que forman un todo, no muy coherente, informe:

- Revindicar la fe en las palabras en un tiempo particularmente negador de ellas

- Conversión del lenguaje en un instrumento de invención, es decir, de hallazgo de la realidad

- Escoramiento hacia una radical fundamentación metafísica

- Mallarmé, en Pour un tombeau d´Anatole, aspira a la resurrección del hijo muerto a través de la palabra. Tal sería la aspiración última de la palabra, la aspiración extrema de su poder taumatúrgico

- Es preciso salvarse de las apariencias, primero, y salvar después las apariencias mismas: resolverlas, volverlas coherentes con esa invisible unidad

- La poesía también tiene su vuelo, su unidad, su trasmundo. Toda palabra requiere un alejamiento de la realidad a la que se refiere; toda palabra es también, una liberación de quien la dice

- Desdeña las apariencias porque sabe que son perecederas, apira al absoluto?

- El poeta sabe que hay descubrimientos que arrastran, que existen cosas a las que no queda más remedio que ser leal hasta la muerte, una vez que las hemos descubierto.
La filosofía es incompatible con el hecho de recibir nada por donación, por gracia. Es el hombre el que saliendo de su extrañeza admirativa, de la angustia o del naufragio, encuentra por sí el ser y su ser. En suma, se salva a sí mismo con su decisión.

- “caminante en sueños / que va buscando a Dios entre la niebla”. Antonio Machado

- El mar, en su aparente neutralidad pasiva, desgasta, altera, cambia. Nada más desconcertantemente melancólico que ciertas playas a la hora de la mar baja; criaturas extrañísimas han quedado abandonadas sobre la arena húmeda y un aire de destrucción parece flotar sobre todo. El mar parece ser el agente cósmico de la destrucción, de la aniquilación lenta, cautelosa e inexorable de ese algo macizo, óseo que parece constituir la naturaleza humana.(...) todos los extraños seres que el mar arroja de su seno; seres extraños y seductores a la vez. El mar destruye por la seducción, con la violencia sinuosa del encanto. Quien se sumerge en el mar, cae dentro de un medio corrosivo, de actividad destructora y sin límites: insondable. Por eso es menester que el alma que así ha naufragado combata incesantemente contra esa fuerza terrible y seductora. Es menester que por una acción continuada se salve del naufragio, poniéndose a flote primero, y enseguida aislándose en lo posible del medio destructor; manteniéndose fiel a lo que es su naturaleza, defendiendo las partes originales de la alteración y rechazando violentamente a las criaturas extrañas que intentan adherírsele.

- El conocimiento es pues, purificación, separación del alma de sus cadenas para reintegrarse a la verdadera naturaleza.

- Una mirada que atraviesa todo el orden visible: sólo hace falta mirar para descubrir, en el seno de lo visto, todo aquello que, más allá de lo visto, puede ser dado a ver. Los antiguos pensaban, con el ciego Tiresias de la mano que, si sólo miramos, no vemos nada.

- Toda poesía, es en último término, mística

- Poesía es reintegración, reconciliación, abrazo que cierra en unidad al ser humano con el ensueño de donde saliera, borrando las distancias

- Y eso persigue la poesía: compartir el sueño, hacer la inocencia primera comunicable, compartir la soledad deshaciendo la vida, recorriendo el tiempo en sentido inverso, deshaciendo los pasos, desviviéndose. Vivir es convivir, dice Ortega, conseguir una auténtica comunicación

- La poesía es un abrirse del ser hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo

- La poesía trata ante todo, de afirmar el ser del universo, la unidad de todas las cosas en virtud, justamente, de su última fundamentación

- La existencia humana pues, no está solamente arrojada entre las cosas, sino religada por su raíz. La religación –religatum esse, religio, religión en sentido primario- en una dimensión formalmente constitutiva de la existencia. (...) Y así como el estar abierto a las cosas nos descubre, en este su estar abierto, que ‘hay’ cosas, así también el estar religados nos descubre que ‘hay’ lo que religa. Lo que constituye la raíz fundamental de la existencia”.

- Y el milagro de la poesía surge en plenitud cuando en sus instantes de gracia ha encontrado las cosas, las cosas en su peculiaridad y en su virginidad, sobre este fondo último; las cosas renacidas desde su raíz. Ya el hombre, la existencia humana, su angustia, quedan entonces anuladas. Ya el hombre es sólo voz que canta y manifiesta el ser de las cosas.

- Todo momento creador es en principio un sondeo en lo oscuro. El único medio que el poeta tiene para sondear ese material informe es el lenguaje.

- Sólo la palabra poética, que por el hecho de ser creadora lleva en su raíz la denuncia, restituye al lenguaje su verdad. He ahí uno de los ejes centrales de la función social del arte: la restauración de un lenguaje comunitario deteriorado o corrupto, es decir, la posibilidad histórica de “dar un sentido más puro a las palabras de la tribu”.

- A. Machado: “Pensar: borrar primero, para pintar después./Y quien borrar no sabe camina a cuatro pies.”