miércoles, 27 de agosto de 2008

Ya de vuelta de las vacaciones, todo por hacer, nada que escribir. Somos una arruga gigante. Si miras fijamente la piel de tu mano lo verás. No lo sé. Voy a la óptica a encargar una gafas, una amable oculista me examina los ojos. Miopía. Astigmatismo. Ni tan siquiera te entregan un papel con el diagnóstico. Hasta la enfermedad han privatizado. Nadie dice nada. Todos tenemos miedo. Vivimos en un gran supermercado abandonado a las afueras de una ciudad extinta. Leo la crónica de Norman Mailer sobre el combate entre Alí y Foreman en Kinshasa. Todo lo que el hombre tiene de genio, es aquello que logró conservar de pequeño. Explorar las posibilidades de la escritura automática.