miércoles, 20 de febrero de 2008

Días extraños en los que llueve, y el tiempo parece suspenderse, como a la espera de algo más, a la espera de una luz que siempre llega demasiado tarde. Como si la certeza de que todo es transitorio se instalara de un modo más tenaz en nuestras manos, en nuestros párpados. Días en los que se manifiesta más nítidamente la futilidad de todos nuestros esfuerzos.

Y después está la célebre frase de Jonathan Swift "Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él". Lo que no quiere decir que los no-necios seamos listos, pero al menos nos consuela ser conscientes de saber contra quién debemos disparar.