viernes, 2 de julio de 2010

Lo real fortuito

En esta foto, ella entorna los ojos. Quisiera reírme de su gesto, pero tal vez es demasiado tarde. Salgo a la calle. Enciendo un cigarrillo y después otro. Pienso: una leve forma de subvertir la realidad. Como en esas fotos de Man Ray, todo parece envuelto en una neblina fantasmagórica. Pasan dos mendigos, con una bandera española. Me recuerdan que hoy juega la selección nacional. ¿No hay nadie que pueda escapar al sistema?


Me siento en una de las mesas del bar de la plaza. Entorno los ojos. Esa luz, como una herida. Como en París, piensas, aunque nunca hayas estado. No comprendes. No entiendes qué hacías anoche, de madrugada, a los pies de la cama, mudo, con una cuchilla entre las manos.