De camino al trabajo paso cada día por delante del Mercado de Barceló. El Ayuntamiento lo ha derribado para construir uno nuevo en su lugar
Es extraño, un año y medio en la ciudad y ya empiezo a tener recuerdos de cosas que desaparecen. Los que lleguen ahora no tendrán ninguna memoria sobre el antiguo mercado. Somos río, y desmemoria, y ceniza, y olvido.