sábado, 22 de agosto de 2009

La mesa del café vibra. Y pienso en Heiselberg, y en el principio de indeterminación, e imagino decenas de átomos bailando desbocada y alegremente bajo mi taza. Pero no, únicamente es una zanja más que acaban de abrir en la calle. A este paso, pronto encontrarán el tesoro escondido.