Escribir, como quería Marguerite Duras, para descubrir qué es lo que escribiríamos si escribiéramos.
Tras unos pocos meses de mantener el blog, tengo la sensación de que cada día me acerco un poco más al silencio, al vacío, al síndrome de Bartleby.
Al fin y al cabo, si escribimos para descubrir qué escribiríamos si escribiéramos, si lo que perseguimos es encontrar nuestra propia voz, la tentativa, tarde o temprano, tiende a consumirse a sí misma.